Parece mentira, pero los hemos contado. Desde las tierras gallegas, hasta las canarias; desde el Atlántico hasta el Mediterráneo, pasando por El Salvador y Palestina. Con un portátil al hombro (nuestro ‘baúl piqueriano’) hemos viajado millas para llevar experiencias, metodologías, casos prácticos… a decenas de ONG. Y acabamos de sumar el curso número ‘100’.
Pero lo más importante, no es la anécdota de este número regordete, sino los miles de personas que he hemos conocido. Juntos hemos mejorado nuestra visión de la comunicación, la creatividad, las campañas y la portavocía. Nos hemos reído como locos, hemos practicado lo imposible, hemos encontrado la luz y superado la frustración; nos hemos emocionado, llorado, cambiado creencias y hasta hemos salido a la calle a llenar la vida de actos poéticos.
Nuestro baúl se ha llenado de miradas de ojos grandes, de anécdotas insospechadas, de amistades eternas. ¡Gracias a la vida, que nos ha dado tanto!